BLOG DE ARTE Y OTRAS COSAS/ Auspiciado por ART and Space Keik Sosaieti/ Colaboradores: Gatías Michenzo Popus, Roco Au Noir, Daphne, Isabella Fendi (Eleonora Patiño), Carlota Lilith y Paul La Farce./No tiene corrector de estilo./ Nadie se hace responsable por el contenido ni por la forma de este blog.

miércoles, 29 de abril de 2009

Acerca de Teresa Carvallo Rey y su expo: “¡QUÉ RICA FAMILIA!”( 29 de abril 2009)



“A tu escuela llegué
sin entender por qué llegaba,
en tus salones yo encuentro
mil caminos y encrucijadas.
Y aprendo mucho y no aprendo nada…”
(Rubén Blades “Maestra Vida”)



Pierre Emile Vandoorme-en la frase de inicio de la presentación del catálogo de la muestra de Teresa “¡Qué rica familia!”- nos dice: “Las obras de Teresa Carvallo nos resultan inmediatamente familiares. Las vemos por primera vez y, sin embargo, las reconocemos. Pero a la par que estas obras murales y escultóricas nos introducen en un mundo conocido, nuestra intuición nos dice que hay más, que una presencia invisible e inquietante se esconde detrás de estos objetos.”


"LA TERCERA COSTUMBRE"
(a Teresa, con cariño)
por Isabella Fendi

En casi las postrimerías del siglo pasado, en una de las noches en que acudí a la casa de Desirée Lieben en París, como siempre sentados a su mesa había varios peruanos entre los cuales estaba una chica de pelo largo rubio sentada frente a mí. Ella, en un momento, me pidió que le alcanzara la sal, luego me pidió que le alcanzara otra cosa de la mesa y luego otra más (cosas todas que estaban bastante cerca de ella). Yo le alcancé la sal y lo segundo que me pidió…la tercera cosa ya no se la alcancé y le dije algo que me enseñó mi profesora de álgebra en el colegio: “La primera vez, casualidad; la segunda (vez), coincidencia; y la tercera (vez), costumbre”, “así que lo que quieras alcánzatelo tú”. Nos echamos a reir y ella me cuenta que por esto que le dije le caí bien. Y desde allí somos amigas. Esta joven a la que me refiero es Teresa Carvallo Rey. Ella prácticamente me obligó a visitar el Museo de Louvre “¡Cómo vas a vivir en París y no vas a conocer el Louvre!”. En efecto, yo ya hacía seis meses que vivía en esta ciudad y no había visitado este museo hasta ese momento. El día que fuimos estaba soleado. Mientras caminábamos hacia el museo por las orillas del Sena -ella iba con otras personas a unos metros detrás de mí- Teresa me gritaba a voz en cuello “¡la tercera costumbre!”. Luego de este hecho fui muchísimas veces a visitar Louvre (especialmente a mirar la esfinge en el sótano).
Ni Teresa Carvallo ni yo (Eleonora Patiño) sabíamos en aquél entonces que ambas nos convertiríamos unos años después (cuando creciéramos) en artistas plásticas. (tampoco sabía que yo misma cambiaría mi nombre artístico a “Isabella Fendi” en 1995).

Comentario de Gatías Michenzo Popus

En su actual muestra individual “¡QUÉ RICA FAMILIA!” he podido apreciar las interesantes, finamente irreverentes y desenfadadas cerámicas de Teresa Carvallo-cuya expresión satiriza los muchos absurdos clichés que la sociedad limeña tiene especialmente hacia la mujer. Estas obras engalanan actualmente la galería ARTCO (Roaud y Paz Soldán 325, San Isidro). La exposición me ha recordado al libro escrito por Gustave Flaubert “Diccionario de los lugares comunes”. Mientras Flaubert describió con palabras los “lugares comunes” de allá y entonces, Teresa describe con cerámica hoy en día los “lugares comunes” de la pequeña burguesía y huachafería limeñas (¿también nacionales?) -los que quizá desafortunadamente se seguirán transmitiendo-especialmente por las mujeres en su rol de madres- de generación en generación si seguimos en las mismas (¡ay hija, pero…qué horror! ¿qué van a decir las vecinas….?). Va hasta el 22 de mayo del 2009.


En la fotografía se puede apreciar a los críticos
Roco Au Noir y Gatías Michenzo Popus (sorprendidos "in gatanti",perdón,"in fraganti" por los paparazzi) en la muestra al lado de la obra "TABU". Ellos pretendían pasar desapercibidos por lo cual ingresaron a la galería de "incógnito". Luego de esto se escuchó una voz que susurró "por la derecha" y huyeron despavoridos por los techos al esparcirse el rumor de que un desconcertado vecino había telefoneado a la perrera.

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