BLOG DE ARTE Y OTRAS COSAS/ Auspiciado por ART and Space Keik Sosaieti/ Colaboradores: Gatías Michenzo Popus, Roco Au Noir, Daphne, Isabella Fendi (Eleonora Patiño), Carlota Lilith y Paul La Farce./No tiene corrector de estilo./ Nadie se hace responsable por el contenido ni por la forma de este blog.

jueves, 20 de octubre de 2011

Orgía bajo el cielo de Lima (por Carlota Lilith)

Orgía bajo el cielo de Lima


La noche cubre ya la ciudad de Lima la horrible. Y aunque ustedes no lo crean sobre los techos se inicia la orgía multitudinaria. Somos inmunes al serenazgo y luchan contra nosotros las gentes decentes (o sea, la mansa muchedumbre, el rebaño al que se refiere Erich Fromm) que van a dormir para ir a trabajar al día siguiente, cuando la ciudad se despierta, los diarios están imprimidos y los obreros deprimidos. Realmente somos suertudos y no hay vida más relajada que la nuestras. Es cierto que hacemos bulla al corretear, jugar a la pega, a las escondidas, a la ronda, al teléfono y al llamar -con voz en cuello y en un extraño idioma- a nuestras parejas para amarnos locamente durante toda la noche. Desde los puentes del rio Rímac, hasta el puente Camote, pasando por Cailloma, la Arequipa, Carabayllo, etc. practicamos el swing sin culpas ni remordimientos…



Nada nos detiene, ni los moretones, ni los cardenales, ni los gritos desesperados de los vecinos, ni la garúa persistente. Nuestras correrías desenfrenadas para dar rienda suelta a los más bajos instintos (20 cm. de altura) son lo único que de verdad nos interesa. Somos hijos de la noche y cuando la aurora nos sorprende no nos pulverizamos como los vampiros, sino que huímos de entre los elementos acumulados en los techos que a veces nos hacen recordar a esas cosas de arte conceptual. Sedientos, hambrientos, agotados de tanta actividad orgiástica, retornamos a nuestros hogares. A veces algunas callejeras que no tienen domicilio fijo se meten a camas de hombres por un plato de leche sin ningún desparpajo (!así esta de brava la situación en Lima!). Incluso cuentan que una de esas dejo al incauto (un músico) con arañones en el cuello y la espalda para marcarlo para ella sola -para que sepan todas (os) que él le pertenece… (la muy fresca).


Al día siguiente cuando la noche vuelve a cubrir la ciudad, plebeyos y aristócratas somos de igual valor y del mismo color pardo y no nos distraemos aunque una rata desnuda y seductora nos muestre sus atributos carnales al aire. Amantes incesantes, volvemos a enredarnos todos contra todos en una especie de delirante “pogo”, volvemos a formar un enmarañado montón de cuerpos donde los polígonos funiculares, las catenarias y las vectoriales están a la orden (mejor dicho, al desorden).

Carlota Lilith Lima, 23 de setiembre del 2011

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